Normalmente, a la hora de cuidar nuestros pies, utilizamos instrumentos auxiliares como una espátula de pedicura o piedra pómez. El resultado es bueno, pero, lamentablemente, de corta duración. Después de un par de días, la piel comienza a endurecerse y a desprenderse nuevamente.
Como resultado, los procedimientos para el cuidado de los pies deben realizarse cada vez con más frecuencia. Aquí está, un verdadero círculo vicioso. Si no estás dispuesta a dedicar mucho tiempo a esto, una pedicura en casa te ayudará.
En verano, más que nunca, la piel de los pies se seca y requiere más atención. Los zapatos abiertos los exponen al riesgo de daños. Para protegerte, el cuerpo comienza a engrosar la epidermis del pie, haciéndola más gruesa. Se dibuja una imagen similar con el procesamiento regular del talón con herramientas de pedicura. Por eso, hace unos meses decidí abandonar este procedimiento.
Cómo conseguir una pedicura en casa
1.- El procedimiento de pedicura comienza con la preparación de un baño de pies. Vierte agua caliente en un recipiente, agrégale 4 cdas de soda. Revuelve y sumerge tus pies en la tina.
2.- Exfolia tu piel con las manos sin utilizar herramientas.
3.- Luego, frota una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio en los pies limpios y secos y ponte los calcetines.
4.- Al caminar, los calcetines pueden irritar la piel. Debes estar en calcetines durante al menos 2 horas.
5.- Enjuaga el bicarbonato de sodio, seca tus pies y aplícate una crema hidratante.
Después de sólo 2 procedimientos, sentirás que la piel de tus pies se ha vuelto notablemente más suave. Regularmente hago este tipo de pedicura en casa y puedo decir que me ha ayudado mucho.
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