Lógicamente el uso de las toallas es diario, y por lo tanto, su desgaste es mayor y hasta el color se va perdiendo. De hecho, la temperatura y la humedad también son factores que influyen.
Otros resultados adversos para la fibra de las toallas, es que se van poniendo más ásperas y duras. Todo esto nos lleva a preguntarnos, ¿se puede revertir el daño y restaurarse para alcanzar una textura suave y esponjosa?.
Veamos ahora algunos consejos que son importantes:
- Con respecto a los suavizantes, ayudan mucho a recuperar la textura de las toallas, pero no siempre se mantendrán como la primera vez.
- No se debe mezclar las toallas con otras prendas.
- Debemos evitar no secar las toallas, por eso no es conveniente plancharlas, recordemos que el calor envejece las fibras.
Cómo lavar las toallas y dejarlas suaves y esponjosas
1.- Vinagre y Limón
Se trata de una fórmula muy efectiva que mejorará tus toallas.
- Ante todo, lavamos las toallas con agua fría.
- Luego, le agregamos 1 chorro de limón con vinagre, combinado.
- Finalmente, le hacemos un lavado habitual.
2.- Amoniaco, Limón y Vinagre
Tengamos en cuenta que el amoníaco impide que los detergentes se adhieran a los tejidos, al igual que el vinagre evitará que se queden tantas sales en la tela y estén más suaves.
- Comenzamos lavando las toallas con agua fría.
- Seguidamente, remojamos las toallas en vinagre durante 10 minutos.
- Paso siguiente, lavamos las toallas con amoníaco y también le añadimos el jugo de limón.
- Para terminar, enjuagamos y dejamos secar a la sombra.
No abusar del uso del jabón y el detergente:
La clave es no utilizar una cantidad excesiva de jabón y detergente, con una medida justa será suficiente para dejarla limpia.
No cargar demasiado la lavadora:
Tengamos presente que cargar demasiado la lavadora con tantas prendas no permitirá que la ropa tenga espacio para moverse libremente y lavarse bien.
El secado de las prendas:
Como primera medida, tengamos en cuenta sacudir las prendas después del lavado, de esta manera las fibras se despegan.
Si optamos por secar las prendas, asegurémonos de evitar las altas temperaturas, recordemos que el calor envejece más rápido la ropa.
Por otra parte, si secamos las prendas al aire libre cuidemos que no estén muy expuestas al sol. De ser así, se corre el riesgo de que queden algo ásperas y endurecidas.
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