Las almohadas suelen volverse amarillas porque acumulan sebo y sudor, y se ensucian con facilidad. Aunque se pueden lavar varias veces a la semana, pierden su color inmediatamente después.

Una opción es lavarlas en seco. Los trucos prácticos y funcionales de las abuelas que limpian de manera fácil y eficaz las almohadas.

Bicarbonato de sodio

Debe usarse en pequeñas cantidades, sin agua. El producto permite higienizar y refrescar las almohadas rociando la superficie y dejando actuar un máximo de 1 hora. También, puedes mezclar bicarbonato de sodio y gotas de aceite de cualquier fragancia. Para retirar una vez transcurrido el tiempo de exposición, utiliza un cepillo o una aspiradora.

Polvo de talco

Es capaz de absorber la suciedad de las almohadas y eliminar las manchas. Basta con espolvorear la almohada con polvo de talco y dejar actuar unas horas. Después, se utiliza un cepillo para quitar el exceso de polvo o una aspiradora.

Vinagre blanco

Vierte en un recipiente con agua, luego sumerge un paño y exprime bien. A la solución obtenida, puedes agregarle unas gotas de aceite esencial de tu elección. Luego, pasa el paño húmedo sobre la almohada y deja secar al sol o al aire libre.

Limón y Sal

Mezcla ambos productos hasta obtener una pasta y esparce directamente sobre la almohada en pequeñas cantidades. Frota con un paño húmedo. Deja actuar durante 1 hora. Una vez transcurrido el tiempo se puede retirar con un paño seco.

Jabón de Marsella

Vierte 1 vaso de jabón de Marsella en 1 lt de agua tibia. Luego, empapa un paño en la solución, exprime muy bien, frota la almohada y deja secar.

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