Japón tiene un método de crianza único que hace que los niños desde pequeños desarrollen valores como el respeto a los padres.
Los niños aprenden que deben ser guiados por sus padres para llegar al éxito. Se les inculca la obediencia, la empatía y el deber. Quizá lo único que no me gusta de este método es que se les alienta a no exhibir sus emociones.
La función de los padres
Las mamás son quienes determinan la educación, e incluso el futuro profesional que los niños seguirán. Ellas son quienes deciden a dónde van los niños, qué van a comer, qué van a usar y qué actividades realizarán. Contratar niñeras o ir “a solas” con la pareja son cosas mal vistas.
La relación con la madre es tan cercana que duermen juntos, y ellas cargan todo el tiempo a sus bebés. Las mamás crían con amor, nada de regaños, nada de rigurosidad, educan de forma sutil.
Japón tiene una cultura muy estricta donde el cumplimiento de las reglas es muy importante, pero siempre anteponiendo el amor.
Responsabilidades desde muy chicos
Desde muy pequeños se les asignan tareas y responsabilidades (vestirse, bañarse, levantar sus cosas, etc). Conforme crecen aumentan sus labores.
La idea de los padres es que los hijos se conviertan en personas autosuficientes, capaces de resolver conflictos, desde cocinar, hasta reparaciones y más tareas del hogar.
Un niño japonés a los 12 años lava su ropa, la seca, la guarda, sabe hacer comidas simples y puede hacer pequeños emprendimientos (ayudando a los vecinos o vendiendo cosas), para así ganar dinero honestamente. También se les enseña a gastar con prudencia.
Valores, la clave del método japonés
Los japoneses basan su educación en todos los niveles a través de inculcar valores. La empatía es una enseñanza fundamental. Se les inculca a los niños que todas sus acciones impactan en la armonía de la sociedad, los sentimientos de los demás y de los animales. Los padres saben que deben transmitir valores por medio del ejemplo.
Independientemente de la escuela, los niños deben formar parte de grupos extra escolares, algún deporte o actividad cultural o club para aprender a trabajar en conjunto.
Sin palabras negativas
En Japón se evita usar palabras negativas con los hijos. Se tiene muy claro que frases como “no sirves para nada” o “eres muy tonto”, pueden influir de forma dañina en la personalidad de los hijos, así que las evitan al máximo.
En la escuela no solo se enseñan materias tradicionales, sino disciplinas que tienen que ver con el entorno, la naturaleza, los buenos modales, el respeto y la mentalidad triunfadora.
Estos son algunos hábitos que los padres japoneses tienen desde hace milenios y que forman parte del día a día en la crianza:
- Comer en familia es un momento de unión y respeto.
- Evita tratar a tus hijos como si fueran de la realeza, no les des comodidades de más a tus hijos.
- Evita ser sobreprotector con tu hijo, deja que fracase cuando sea necesario.
- No les resuelvas sus problemas. Del sufrimiento tendrá aprendizaje.
- Asigna tareas para tus hijos diariamente, ya sea extra escolares o del hogar. Fija un tiempo específico y justo para cada una.
- Cómprales menos cosas materiales y regálales más tiempo.
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