El laurel es una de las especias más utilizadas en la cocina, ya que le dan un sabor completamente diferente a los alimentos. 

La planta de laurel crece en arbustos de 1 a 3 m de altura y tiene muchas ramas. Las hojas son como lanzas puntiagudas, de textura coriácea pero flexibles y brillantes. Sus frutos son globosos, pequeños y negros. Crece particularmente en climas cálidos, semisecos, secos y templados desde los 10 hasta los 2900 msnm.

El laurel también es muy utilizado en remedios de limpieza, belleza y salud. Su uso principal es para aliviar el dolor de estómago y se recomienda como infusión.

Esta planta es relajante, tiene propiedades antiinflamatorias y fortalece el sistema inmunológico gracias a todos los minerales y vitaminas que contiene, como hierro, calcio, magnesio, zinc, potasio, fósforo, vitamina A, riboflavina, niacina, eugenol, cineol, etc.

Quemar algunas hojas de laurel además de perfumar el ambiente mejora la salud de las vías respiratorias. Dadas las propiedades expectorantes que tiene esta planta, al quemar sus hojas, los vapores que desprende podrían ayudarte a despejar esas vías respiratorias que causan molestias, pues elimina bacterias, purifica el ambiente y además mejora la capacidad cerebral.

El uso regular de esta planta ayuda a reducir los estados emocionales que generan malestar y tensión para lograr un estado de relajación beneficioso.

Investigaciones recientes de la Asociación Americana de Enfermeras Anestesistas han destacado la presencia de la sustancia linalol, que en grandes cantidades es capaz de reducir significativamente el nivel de ansiedad, cuyos efectos aparecen inmediatamente 10 minutos después de inhalar los vapores.

Las hojas son en realidad un remedio popular para el tratamiento de vías respiratorias obstruidas. Alivian el tracto respiratorio de la mucosidad y el esputo, que causan molestias. Pero en este caso, en lugar de quemarlas puedes recurrir a ponerlas en agua limpia o utilizar el aceite obtenido como humidificador de aire.

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