Los niños por naturaleza son rebeldes, les gusta desafiar los límites, ir un poco más allá, pero no lo hacen por maldad, lo hacen porque de esta manera aprenden a formar su personalidad.
El respeto es un valor fundamental que todo niño debe adquirir, por eso lo mejor es enseñarles cómo hacer las cosas con amor, paciencia y dedicación para que sean personas educadas y responsables.
1. Reconocer el error
La falta de respeto es un error, pero es un error necesario para los niños. Es algo por lo que deben pasar para reconocer y entender qué está mal.
Es importante que a la primer falta de respeto que cometa conversen sobre lo ocurrido y le ayudes a comprender su error. Al analizar juntos lo que pasó le servirá para entender y trabajará en ello para mejorar.
2. Aceptar y Perdonar
El siguiente paso para hacer frente a una falta de respeto es que lo acepte. Luego reconocer que se ha equivocado y que estuvo mal para que se haga cargo.
La responsabilidad es una herramienta fundamental para su crecimiento y aprendizaje. Una vez que el niño acepta la responsabilidad del hecho, debemos enseñarle a disculparse por ello.
3. Entender
El entendimiento de los hechos tiene que ver con aceptar la responsabilidad, pero además tiene que ver con los límites y con la comprensión para entender las posibles afecciones hacia las demás personas.
La coherencia es parte de esto y tiene que ver con lo que nosotros mismos les demostramos como padres.
4. Probar
Los límites forman parte de la enseñanza sobre el respeto, ya que puede ser muy fina la línea de lo que está bien y lo que está mal. Lo que puede deberse a que nuestro mensaje no se transmite de forma clara o porque el niño no lo comprende a la primera.
Debemos permitir que los niños prueben, que desafíen nuestros límites, permitir que pasen esa delgada línea para aprender, para entender, para aceptar y para hacerse cargo.
5. Acompañar
Los niños están en constante aprendizaje y absorción de información. En ocasiones, sucede que les damos más información de la pueden procesar en ese momento, y es por esto que debemos acompañarlos.
Ellos pueden cometer faltas, equivocarse y ser irrespetuosos con nosotros o con otras personas, pero debemos acompañarlos, enseñarles y guiarlos en el camino del respeto y la convivencia en sociedad para que sean mejores personas.
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