Los objetos de apego son muy habituales en los niños pequeños y bebés. Pueden ser mantitas o pequeños juguetes. Estos objetos les aportan bienestar emocional a los pequeños de la casa, sobretodo cuando se sienten estresados, con ansiedad o en cualquier momento en los que necesiten relajarse, por ejemplo, cuando llega la hora de dormir.
Muchos padres piensan que cuando llega cierta edad, por ejemplo, si el niño tiene más de 3 años es buena idea quitarle el objeto de apego. Cuando se trata de algún juguete o mantita, ¿es necesario quitárselo?, mejor no lo hagas. Llegará el momento en que tu hijo decida no utilizarlo más, porque no le hará falta.
Vínculo afectivo con el objeto de apego
Cuando un bebé o un niño tiene un objeto de apego significa que ha establecido un vínculo afectivo y emocional con ese objeto. Ese objeto le ayuda a calmarse, y sólo por eso, será su preferido. Puede que sea el tocar una etiqueta del muñeco, el tacto de la mantita o cualquier otra característica del objeto lo que lo hace tan especial para el bebé o tu hijo pequeño.
Por ejemplo, un niño que duerme solo en su habitación quizá necesite una mantita como objeto de apego para poder cubrir sus necesidades emocionales de seguridad y sentirse más confiado y preparado para dormir. En ausencia de la presencia de sus cuidadores o de sus padres dentro del dormitorio, necesita ese objeto de apego para poder sentirse mejor y tener tranquilidad emocional.
Por qué se fomentan los objetos de apego
No todas las culturas fomentan los objetos de apego en los bebés, pero si vas a tiendas de ropa infantil podrás encontrar las típicas mantitas para bebés. Esto es así porque en nuestra cultura se fomenta la independencia de los niños desde que son bebés (como cuando los padres deben separarse de sus bebés cada vez más pronto porque deben salir a trabajar para ganar dinero y estar dentro del sistema social establecido).
Los bebés al nacer son totalmente dependientes de su cuidador, sin ellos, simplemente no sobrevivirían. Pero, no solo las necesidades básicas de los bebés son importantes, como la alimentación, el refugio, la ropa, etc. También, tienen otras igual de importantes: las necesidades emocionales de afecto y de contacto directo con sus cuidadores principales.
Pero, cuando los bebés o los niños necesitan separarse de sus padres (aunque sea dentro del mismo hogar al separarse, por ejemplo, yendo a otra habitación a dormir), necesitarán establecer otro vínculo temporal para satisfacer esa seguridad y tener esa confianza que le haga sentirse bien. Los bebés y niños que no sienten que son separados de sus padres de forma temprana no suelen necesitar objetos de apego porque no pierden la sensación de seguridad y confianza antes de estar preparados para ello.
Es del todo normal
Cuando un bebé o un niño tiene un objeto de apego, no significa que vaya a tener problemas emocionales en el futuro. Es una conducta normal que los bebés adoptan por la sociedad en la que vivimos, pero es tan solo adaptativo.
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