Es muy importante en la educación de los niños enseñarles que asuman responsabilidades a medida que crecen.

Esto no solo les ayudará a ser más disciplinados y les enseñará a seguir las normas, sino que también contribuirá a que ganen en autonomía e independencia. Una forma muy sencilla y práctica de inculcarles el sentido de la responsabilidad que consiste en hacerles partícipes de las tareas del hogar.

5 beneficios de implicar a los niños en las tareas del hogar:

  1. Desarrolla las habilidades motoras. Hacer la cama, ordenar los juguetes, vestirse o poner la mesa son ejercicios excelentes para estimular el equilibrio y la coordinación motora de los niños. También son un buen entrenamiento para fomentar la coordinación ojo-mano y el movimiento de agarre y sujeción de objetos.
  2. Estimula la capacidad de colaboración. Cuando los niños se saben partícipes de las tareas del hogar sienten que forman parte de un equipo. Esta sensación de pertenecer a un grupo y de poder colaborar con el resto de los miembros de la familia desarrollará su capacidad para seguir instrucciones y su habilidad para trabajar en grupo.
  3. Fomenta la seguridad en sí mismo. El hecho de que los padres le pidan a sus hijos que les ayuden en las tareas domésticas representa mucho para los niños. Los pequeños lo percibirán como un gran gesto de confianza y se sentirán valorados por sus padres, lo cual estimulará la seguridad en sí mismos y su autoestima.
  4. Potencia el sentido de organización. Se ha demostrado que los niños que participan desde pequeños en las tareas del hogar suelen ser más organizados en comparación con quienes no lo hacen hasta una edad avanzada. Un beneficio que no solo se expresa en el ámbito familiar sino que también repercute de forma positiva en su rendimiento académico y profesional.
  5. Facilita la instauración de hábitos. Los hábitos son muy importantes en la vida de los niños ya que no solo les permiten organizarse mejor sino que también les hacen sentir más seguros. Además, se ha encontrado que los pequeños que siguen hábitos en el hogar suelen tener un mejor rendimiento académico ya que tienden a tener un mayor desarrollo de su pensamiento lógico. Por eso, colaborar en el hogar es una forma de enseñarles a crear hábitos saludables.

5 Claves para involucrar a los niños en las tareas domésticas:

1. Enséñales cómo se hace

Antes de pedirle a tu hijo que te ayude con alguna tarea en el hogar es importante que le expliques cómo se hace. De esta manera evitarás que el pequeño se sienta frustrado por no saber cómo hacer lo que le pides.

2. Incorpora las tareas poco a poco

No agobies a tu hijo, recuerda que aún es un niño y que también debe tener tiempo libre para jugar. Por lo tanto, dale responsabilidades poco a poco y según su nivel de madurez.

3. Ármate de paciencia

Por muy bien que tu hijo haga la cama o se vista, es probable que no lo haga tan bien como tú, ya sea porque no le presta la debida atención o porque aún no ha desarrollado las habilidades que requiere esa tarea. En cualquier caso, es importante que no le riñas porque no ha hecho bien la tarea, en cambio, puedes enseñarle a perfeccionarla después de haber reconocido su esfuerzo.

4. Utiliza el refuerzo positivo

Cuando los niños están aprendiendo, cometen errores. Es normal que rompa un vaso o que no haga la cama tan bien como tú. No le regañes, ayúdale y muéstrale cómo hacerlo mejor. Céntrate en premiar las cosas que hace bien y en reconocer su esfuerzo y participación, aunque los resultados no sean perfectos.

5. Adapta las responsabilidades a su edad

Cada tarea del hogar requiere una serie de habilidades que los niños solo desarrollarán a medida que crecen. Cuando son muy pequeños es probable que estén listos para recoger sus juguetes, pero que no sean capaces de vestirse porque aún no han desarrollado del todo la coordinación. Por lo tanto, si le pides que te ayude con una tarea para la que aún no está preparado es probable que termine frustrándose y perdiendo la confianza en sí mismo.

Tabla de actividades domésticas por edades

La siguiente tabla de tareas incluye actividades que tu hijo puede hacer para prepararlo en cada momento de su desarrollo. Obviamente, antes de llevarla a la práctica debes valorar si en verdad se ajusta al nivel de tu hijo, ya que cada niño crece a un ritmo diferente.

2-3 años. Ya puede organizar sus juguetes y guardarlos en el cajón, comer solo, tirar cosas a la basura, regar las plantas y llevar su ropa a la habitación.

4-5 años. Ya es capaz de vestirse solo, asearse, poner la mesa, darle de comer a la mascota y fregar los platos con supervisión.

6-7 años. Ya puede hacer la cama, organizar su escritorio, preparar su mochila, pasar la aspiradora y quitar el polvo de los muebles.

8-9 años. Podrá bañarse solo, limpiar el suelo, cuidar la mascota, preparar el desayuno u otro plato sencillo con supervisión.

10-11 años. Será capaz de limpiar su habitación, sacar la mascota, limpiar el jardín, tender la ropa y cuidar de un hermano menor.

12 años en adelante. A esta edad puede sacar la basura, hacer la compra, limpiar la cristalería y coser un botón.

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