Una forma de ampliar la cobertura de gardenias en tu jardín es propagarlas. No necesitas comprar semillas, ni un plantón. Basta con utilizar esquejes de plantas ya presentes.

En primer lugar, tienes que elegir la planta de la que piensas obtener el esqueje para la nueva planta. Elige una planta que esté sana.

Ahora, de esta planta, elige la rama que vas a utilizar. Una planta de gardenia ideal crecerá a partir de un esqueje que tenga la longitud de un lápiz nuevo (15 cm de largo), y que tenga un par de juegos de hojas.

Aunque muchos creen que no debería tener hojas, los expertos sugieren que las hojas ayudan a que el esqueje se desarrolle mejor y no sufra durante el proceso de enraizamiento. Pero, es bueno quitar algunas de la base y dejar solo las de arriba. Luego, haz un corte trasversal a la base del esqueje para ayudar a que las raíces puedan desarrollarse fácilmente.

El esqueje necesita mucha humedad para estar listo para la plantación. Así que, mientras preparas la tierra para plantarlo, puedes mantener el esqueje húmedo colocándolo en un recipiente con agua.

El siguiente paso es preparar la tierra para plantar. Para ello, elige la maceta y llénala con una mezcla de enraizamiento que conste de cantidades iguales de turba y arena, o cualquier otra mezcla orgánica para macetas. Llena la maceta con la mezcla, toma un palo fino y haz un agujero de 5 a 6 cm. Saca el esqueje que has colocado en el recipiente y aplica una hormona de enraizamiento.

Una vez hecho esto, puedes rellenar el agujero. Ahora, tardará algún tiempo (aproximadamente de 6 a 8 semanas) en echar raíces y convertirse en una planta.

Sin embargo, puedes ayudar a este proceso asegurándote de que la planta recibe las condiciones adecuadas y apropiadas para mantenerse.

Plantación

Planta las gardenias en sombra ligera, preferiblemente donde estén protegidas de la luz solar de la tarde.

Las gardenias necesitan una buena circulación de aire, así que no las aglomeres. Planta las gardenias en un lugar protegido de las heladas fuertes y de los vientos invernales secos.

Como ocurre con muchos arbustos que florecen en primavera, el otoño es el mejor momento para plantarlas porque da más tiempo al sistema de raíces para establecerse.

Poda

Poda los arbustos de gardenia en verano, una vez que hayan terminado de florecer para no eliminar ningún brote. Antes de podar, asegúrate de que la variedad que estás cultivando sólo florece 1 vez y ha completado su ciclo de floración.

Si florece más de 1 vez, poda las flores marchitas justo por debajo del nudo de la hoja para favorecer la repetición de la floración.

Condiciones de cultivo

Muchas variedades de gardenias crecen sólo 60 cm, y a menudo las encontrarás vendidas en macetas en los centros de jardinería para uso interior. Pero, a menos que tengas un invernadero o una terraza acristalada, será difícil dar a las plantas de interior suficiente luz solar y humedad para que produzcan capullos.

Es recomendable colocar las plantas en una ventana donde reciban al menos 4 horas de luz solar al día, pero no el sol fuerte de mediodía.

Para aumentar la humedad, coloca un humidificador en la habitación o pon las macetas en una bandeja con guijarros húmedos. Las temperaturas nocturnas de 15° C y las diurnas de 23° C favorecerán una mejor floración.

Suelo

Utiliza tierra ácida y bien drenada, como una mezcla de 2 partes de tierra para macetas y 1 parte de musgo de turba.

Riego

Mantén la tierra uniformemente húmeda en todo momento, pero no la riegues en exceso ni permitas que se encharque.

Abono

Debes abonar cada 2 semanas con un fertilizante que contenga micronutrientes, especialmente hierro. La falta de hierro o un suelo demasiado alcalino pueden hacer que las hojas se hagan amarillas.

Plagas y otros problemas

Las gardenias son susceptibles a sufrir varias plagas como la mosca blanca, las cochinillas y el oídio.

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