Sabemos que para que las plantas de nuestro jardín o balcón crezcan con fuerza y den flores, no sólo debemos regarlas sino también abonar la tierra. Esta es la fuente de los nutrientes y vitaminas que hacen que las plantas se desarrollen sanas con todo su potencial.

Hoy, vamos a preparar un potente fertilizante casero con elementos que usualmente desechamos, por lo que, no sólo será muy económico sino que podremos reciclar residuos orgánicos.

Debido a sus componentes, este fertilizante casero aumentará la actividad microbiana de la tierra y mejorará la capacidad de irrigación del suelo.

Ingredientes:

  • Cáscara de papa: esta es una fuente rica en carbohidratos, potasio y vitaminas C y B. Además, aporta fósforo, que es esencial para que las plantas respiren y en la formación de las flores.
  • Cáscara de banana: tiene potasio, hierro y magnesio, vitamina A y E. Ayuda al mantenimiento general de la planta y la hace resistente a las enfermedades.
  • Cáscara de camote: tiene cobre, vitaminas y funciona como antioxidante.
  • Cáscara de huevo: tiene calcio, combate a las plagas y reduce la acidez del suelo.
  • Además, precisamos una olla mediana, un colador, una regadera o recipiente vertedor, y cantidad necesaria de agua.

Procedimiento:

  1. Vertemos agua en la cacerola y ponemos a hervir las cáscaras por 15 minutos.
  2. Dejamos enfriar la infusión.
  3. Te sugiero que lo dejes reposar de un día para el otro.
  4. Filtramos el contenido a un recipiente vertedor.

Ya tenemos lista la infusión con todos los nutrientes y vitaminas. No es necesario rebajar la mezcla con agua, puedes aplicarla tal como la tienes directo a la tierra o realizar una pequeña excavación en el suelo y depositarlo allí.

Conviene que la usemos temprano a la mañana o por la tarde, para que los rayos del sol no evaporen el líquido. Esta mezcla es muy versátil, ya que la puedes aplicar a todo tipo de plantas.

Otros Consejos:

Si tus plantas no lucen del todo verdes y dejaron de florecer, prueba estos sencillos consejos para revitalizarlas.

El agua de lluvia es la mejor para el riego ya que no contiene cloro. Si no puedes recogerla, lo mejor es llenar un cubo o recipiente con agua de la canilla y dejarla toda la noche. El cloro se evaporará y tendrás agua de calidad para tus plantas.

Cuando trasplantamos debemos recortar un poco las raíces demasiado largas o dañadas. Hay que realizar esta operación con mucho cuidado de no desarmar la masa de tierra.

Es esencial mantener limpias las hojas de las plantas. Cuando se deposita polvo sobre ella, no sólo se deslucen sino que afecta a la salud de la planta, ya que el polvo tapa los poros y no la deja respirar.

Puedes limpiarlas sólo con agua a temperatura ambiente o, si las hojas son grandes y lisas, usa un paño húmedo. No sólo se verán mejor, sino que podrán absorber mejor la luz.

No debemos dejar las hojas marchitas en la planta, ya que afectan a la floración y pueden traer enfermedades. Con unas tijeras bien afiladas y con mucho cuidado, recortamos las hojas amarillas y marrones. No debemos recortar ni lastimar al tallo.

Si vamos a realizar la poda en varias plantas, es necesario limpiar las hojas de las tijeras con alcohol para evitar la transmisión de enfermedades de una planta a otra.

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