Una de las plantas más comunes en nuestros hogares es la orquídea por sus flores de colores que se utilizan para muchos eventos y ceremonias, y por la elegancia de su flor.
Sin embargo, no todos saben que para tener una flor vigorosa existe el truco de la esponja que sólo los expertos conocen.
Incluso una planta que parece muerta puede volver a la vida y recuperar fuerzas con un resultado increíble, empieza por limpiar la planta que está a punto de morir eliminando todas las partes secas o podridas.
Luego, sácala del suelo y libérala de las cortezas, y con unas tijeras esterilizadas quita todas las demás partes secas que no se pueden quitar con la mano.
No te preocupes por quitar las partes que no sabes si están podridas o no, siempre es mejor quitar las partes dañadas que conservarlas para que la parte sana se revitalice después del tratamiento.
La parte central, aún viable, aparecerá con una pequeña raíz y hojas perfectas si no están secas. Pueden entrar hongos y bacterias en partes vivas, por lo que hay que cerrarlas con canela que cicatriza y ayuda a formar nuevas raíces.
Es necesario poner canela en la parte del corte y dejar reposar durante 48 horas en un ambiente estéril y seco, colocando la planta sobre un pañuelo limpio en un plato.
Pasado ese tiempo, corta el fondo de una botella de plástico 10 cm y perfora el fondo creando 4 o 5 cortes que permitan que salga el agua. En el interior prepara una cama para la plántula.
Se puede utilizar musgo o liquen, o si no dispones de estos materiales orgánicos inserta una esponja esterilizada. Una vez que tengas esto, humedece e inserta en el fondo de la botella cortada.
Después de insertar la plántula, colócala, introdúcela en una bolsa de plástico y ciérrala para que se forme un microclima que ayudará a la planta a recuperarse.
Colócala en un lugar donde pueda recibir mucha luz teniendo cuidado de no exponerla a la luz directa del sol durante 50 días.
La planta se volverá viable con hojas firmes, verdes y brillantes, no habrá moho ni bacterias, y el sistema radicular será perfecto y las raíces restantes habrán crecido unos centímetros más.
Después, pon la corteza dentro de una maceta de plástico con un agujero en el fondo, y con cuidado de no romper las raíces, introduce la planta lentamente, poniendo más corteza hasta llenar la maceta.
Luego, humedece todo con un pulverizador, pero con cuidado de no mojar las hojas, al menos los primeros días. De esta manera, la planta debe tratarse como cualquier otra planta de orquídeas.
Después de otros 3 meses, la planta crecerá tanto de las hojas como de las raíces, y posteriormente crecerán flores.
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