Lo que pocas personas saben es que en su hábitat, las orquídeas crecen como malas hierbas.
Las orquídeas son de una belleza impresionante, y son fascinantes en su fragancia y forma.
En este artículo te mostraremos 5 pasos infalibles para cuidar una orquídea:
1. ILUMINACIÓN
Sin la luz adecuada, espere un crecimiento exuberante pero sin flores. La luz insuficiente es la razón más común del fracaso de la floración.
Estas plantas prosperan con luz fuerte, pero la luz solar directa puede quemar las orquídeas. Es recomendable ofrecerles una luz intensa e indirecta, preferentemente hacia el sur. Para saber si la orquídea está sana debe tener hojas de color verde brillante.
2. FLUJO DE AIRE
Las orquídeas también necesitan aire fresco y circulante. En la naturaleza, las brisas suaves y continuas son vitales para su supervivencia.
3. RIEGO
La mayoría de las orquídeas mueren más por un riego inadecuado que por cualquier otra causa. Las orquídeas deben regarse a medida que se secan. El riego excesivo puede provocar la pudrición, lo que mata las raíces de las orquídeas.
En general, riega las plantas temprano en el día con agua tibia 1 vez a la semana en invierno y 2 veces a la semana en clima más cálido.
4. FERTILIZACIÓN
Como regla general, fertiliza las orquídeas cada 2 semanas durante el pico de crecimiento (primavera y verano), y 1 vez al mes durante la latencia (otoño e invierno). Usa un fertilizante 30–10–10 o alimento para orquídeas diluido a la mitad.
5. LATENCIA
Muchas orquídeas requieren un período de latencia o descanso, generalmente en invierno. Durante este tiempo, las plantas fortalecen su sistema de raíces, desarrollan hojas y almacenan energía para su próximo crecimiento y floración.
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