Lavar las almohadas es tan importante como mantener limpias las sábanas, pues en ellas se acumulan muchos microorganismos.

En este artículo te mostramos cómo debes lavar tus almohadas para que queden esponjosas y no se deformen.

Se recomienda lavarlas cada 4 o 6 meses para eliminar los gérmenes acumulados, el problema está en cómo hacerlo sin que se deformen ni pierdan la esponjosidad. Te recomendamos leer la etiqueta de instrucciones de lavado y ahí podrás identificar si su relleno es lavable o no, y si son aptas para lavadora.

Si tus almohadas son aptas para lavadora: elige un ciclo de lavado delicado, opta por agua fría, un detergente suave y evita usar cloro.

Bicarbonato de sodio y vinagre blanco

Al ciclo de lavado le puedes agregar 8 cdas de bicarbonato de sodio y 1/2 taza de vinagre blanco.

Jugo de limón y agua oxigenada

En un recipiente con agua tibia agrega 1/2 taza de jugo de limón y 1 taza de agua oxigenada, sumerge tu almohada durante 30 minutos y enjuaga en la lavadora.

Aceite de árbol de té

Mezcla 1/2 taza de bicarbonato de sodio con 10 gotas de aceite de árbol de té. Espárcelo en las manchas de tus almohadas y deja reposar 45 minutos, frota con un cepillo para retirar el exceso y lava. Déjalas secar al aire libre en posición horizontal. De preferencia a la sombra para que no les dé el sol directo.

Recomendaciones:

  • Para las almohadas de plumas sintéticas usa un ciclo delicado con agua fría a tibia y revisa muy bien las costuras para evitar que el relleno se salga en el lavado.
  • Para las almohadas rellenas de espuma no se recomienda meterlas a la lavadora. Puedes usar un poco de jabón neutro, tallar con una esponja, retirar el exceso con un trapo húmedo y dejar secar.
  • Para las almohadas de látex se recomienda lavar a mano, hazlo en una tina grande con un poco de detergente suave. Sumerge la almohada sin frotar, escurre y deja secar al aire libre.

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