Pocas veces los niños tienen el valor o el nivel de entendimiento suficiente para comunicar un caso de abuso. Por lo general, lo manifiestan a través de cambios en su comportamiento.

Para detectar un posible maltrato en los niños es vital observar señales de alerta como las siguientes:

  • Falta de interés por los amigos o por las actividades habituales.
  • Cambios en el comportamiento mostrándose agresivo, hostil o hiperactivo.
  • Cambios en el rendimiento escolar.
  • Síntomas de depresión, ansiedad o miedos inusuales.
  • Pérdida repentina de confianza en sí mismo.
  • Aparente falta de supervisión.
  • Ausencias frecuentes a la escuela.
  • Negativa a viajar en el autobús escolar.
  • Intentos de huir.
  • Comportamientos rebeldes o desafiantes.
  • Intentos de suicidio.

Signos de abusos físicos

  • Lesiones inexplicables como contusiones, fracturas o quemaduras.
  • Lesiones que no concuerdan con la explicación dada.
  • Problemas médicos o dentales sin tratar.

Signos de abuso sexual

  • Comportamiento sexual o conocimiento inapropiado para la edad del niño.
  • Enfermedad  de transmisión sexual.
  • Sangre en la ropa interior.
  • Dificultad para caminar o sentarse.
  • Quejas de dolor genital.
  • Abuso de otros niños sexualmente.

Signos de maltrato emocional

  • Retraso en el desarrollo emocional o desarrollo emocional inapropiado.
  • Pérdida de confianza en sí mismo o falta de autoestima.
  • Aislamiento social.
  • Pérdida de interés o entusiasmo.
  • Depresión.
  • Dolores de cabeza o de estómago sin causa médica.
  • Huir de ciertas situaciones como negarse a ir a la escuela o viajar en el autobús.
  • Búsqueda desesperada de afecto.
  • Disminución en el rendimiento escolar o pérdida de interés por la escuela.
  • Pérdida de habilidades de desarrollo previamente adquiridas.

Signos de negligencia y falta de cuidados

  • Pobre crecimiento o aumento de peso.
  • Mala higiene.
  • Falta de ropa o suministros para satisfacer las necesidades físicas.
  • Tomar comida o dinero sin permiso.
  • Comer una gran cantidad de comida de una sola vez, o esconder la comida para más tarde.
  • Asiste poco a la escuela.
  • Falta de atención adecuada para problemas médicos, dentales o psicológicos.
  • Cambios emocionales que son inapropiados o están fuera de contexto.
  • Indiferencia.

El comportamiento de los padres

  • Muestra poco interés por el niño.
  • Parece incapaz de reconocer el sufrimiento físico o emocional del niño.
  • Niega que existan problemas en el hogar o en la escuela, o culpa al niño por los problemas.
  • Constantemente culpa, menosprecia o regaña al niño.
  • Describe al niño con términos negativos.
  • Espera que el niño le atienda y muestra celos de que otros miembros de la familia consigan la atención del niño.
  • Utiliza la disciplina física severa o pide a los maestros y cuidadores que la utilicen.
  • Exige un nivel inadecuado de rendimiento físico o académico.
  • Limita severamente el contacto del niño con los demás.
  • Ofrece explicaciones contradictorias o poco convincentes sobre las lesiones de un niño.

Si te gusta nuestro contenido compártelo