Unos de los ingredientes que más se utiliza en el mundo lo puedes cultivar en tan solo una maceta. Estamos hablando de la papa, un tubérculo que puedes utilizar en un montón de recetas.
Quizás no notes la diferencia en el sabor, pero en cuanto a las propiedades y los beneficios para nuestro cuerpo cambian mucho.
Necesitas:
- Papas semilla (no son para consumo, su uso esta destinado a la replantación).
- Maceta
- Tierra (si no tenes puedes comprar tierra especialmente para plantar en un vivero).
Procedimiento:
En un recipiente con separadores colocamos las papas. El “ojo”, una especie de mancha o herida en la punta de la papa tiene que estar mirando al cielo.
Lo dejamos en un lugar fresco y observamos cada día para ver si sale un brote. Cuando los brotes estén grandes y fuertes cortamos las papas por partes.
En una maceta de aproximadamente 40 cm de altura agregamos la tierra. Una vez llena, enterramos la papa pero no tan abajo, que esté más o menos a la mitad.
Ahora sólo falta regarla algunas veces al día, las papas crecen mejor en tierra húmeda. Pero cuidado con pasarte porque puede salir un hongo que acabaría con la papa e incluso ya no se podría plantar en la tierra.
Si vives en un lugar cálido se recomienda regarla sólo 2 veces por día. Teniendo en cuenta ésto, solo faltará esperar para que esté lista para cosechar.
Para saber cuando está lista para cosechar revisa el follaje de la planta, si es amarillo significa que está lista para desenterrar las papas.
Para ésto podemos cavar o volcar todo el contenido de la maceta. Luego a cada una la lavamos, y ya estarían listas para consumo.
También, puedes separar 1 o 2 para replantar, sólo necesitas repetir el proceso exactamente igual y sin fallos.
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