La flor del desierto es originaria de África, su principal característica es ser muy parecida a un árbol en miniatura con un tronco y raíces muy gruesas, y de aspecto seco.

Sus flores tienen un tono que varía del blanco al violeta, pero se pueden encontrar en otras tonalidades parecidas al rosa y al rojo.

La flor del desierto es una planta muy resistente que crece en las condiciones más hostiles posibles. Una excelente opción para quienes tienen dificultades para cuidar sus plantas.

Cómo cultivar la flor del desierto 

El proceso dependerá, si eliges sembrar las semillas, debes forrar el fondo de la maceta con piedras y TNT para que las raíces no se salgan de la maceta.

Las flores del desierto pueden tardar hasta 9 meses en florecer. Al podar o replantar debes usar guantes. La flor del desierto tiene una savia extremadamente tóxica.

El cuidado de las flores del desierto es muy similar al cuidado de las suculentas, les gusta el agua pero no demasiada. La maceta debe ser alta y con buen flujo de agua. Lo ideal es poner unas piedras en el fondo de la maceta para que escurra bien el agua.

Las flores del desierto necesitan mucha luz solar directa. Necesitan luz solar directa al menos 5 o 6 horas todos los días.

Temperatura 

Las plantas del desierto, originarias de África y de las zonas más cálidas del mundo, aman el calor. No les gustan los ambientes fríos o muy húmedos.

Riego

La flor del desierto no necesita mucha agua, demasiada agua puede podrir sus raíces. Es muy importante asegurar un buen drenaje del suelo para que no haya riesgo de que se acumule agua y perjudique su crecimiento.

Fertilización

La fertilización es muy importante para cualquier planta. Esto ayuda a que crezca de manera saludable. La fertilización le garantiza todos los nutrientes que necesita para desarrollarse.

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